Comparativa definitiva: ventanas de aluminio frente a ventanas de PVC, pros y contras

Elegir entre ventanas de aluminio y ventanas de PVC semeja fácil hasta el momento en que te sientas con el presupuesto delante y empiezan las preguntas. ¿Aíslan igual? ¿Qué pasa con el ruido? ¿Condensan? ¿De qué manera envejecen en una fachada que se come el sol todo el día? He acompañado a propietarios, arquitectos y comunidades de vecinos en esa decisión durante años, y he visto aciertos, arrepentimientos, y sobre todo matices que rara vez aparecen en los catálogos. Acá te cuento lo que de veras condiciona la elección entre carpintería de aluminio y carpintería de PVC, con números, ejemplos y situaciones reales.

Lo que más pesa en la decisión: uso, tiempo y presupuesto

No todos los edificios exigen lo mismo. Si vas a reformar un piso en una avenida estruendosa, tu prioridad será la acústica y el cierre hermético. En una casa de campo, quizá el viento y la lluvia demanden solidez y estabilidad dimensional. En obra nueva con exigencias energéticas, el foco pasa por transmitancia, puentes térmicos y control solar. Y el presupuesto, claro, manda: en segmentos afines, el PVC suele arrancar con ventaja en coste, aunque el aluminio abre la puerta a soluciones de gama alta que el PVC no puede contestar con la misma finura estructural.

En tiempos fríos o con grandes diferencias térmicas, el comportamiento frente a la condensación y el aislamiento del marco marca la diferencia. En zonas ribereñas, la resistencia a la corrosión y a la radiación UV se vuelve clave. Y en cualquier lugar con mucho sol, la elección del vidrio y los herrajes es tan esencial como el material del marco.

Aislamiento térmico: números que sí importan

La forma más pragmática de cotejar es con la transmitancia térmica del conjunto, lo que en fichas técnicas verás como Uw. Es el valor que mide cuánto calor se escapa por la ventana, marco y vidrio incluidos. Para dar una referencia realista:

    Un conjunto básico de PVC con vidrio doble bajo emisivo y cámara de dieciseis mm acostumbra a moverse en 1,2 a uno con cuatro W/m²K. Un conjunto de aluminio sin ruptura de puente térmico puede superar los cuatro W/m²K, lo que hoy día es inviable en reforma seria. Un aluminio con rotura de puente térmico bien desarrollado y espumas en el marco, con ese mismo vidrio, se pone entre uno con tres y uno con seis W/m²K. Si subimos a triple vidrio, el PVC baja sin esmero a cero con nueve - uno con uno W/m²K, y el aluminio de alta gama se queda cerca, 1,0 - 1,3 W/m²K, siempre y cuando el sistema esté optimizado.

Traducción práctica: el PVC parte con ventaja térmica a igualdad de vidrio, por su conductividad intrínsecamente baja. El aluminio precisa rotura de puente térmico de calidad y perfiles con cámaras múltiples para lograr valores comparables. Cuando el proyecto demanda pasar de Uw uno con tres, los fabricantes de aluminio de alta gama ya saben cómo lograrlo, aunque el presupuesto sube.

Aislamiento acústico: el marco acompaña, el vidrio manda

El confort acústico depende más del acristalamiento y de la estanquidad que del material del marco. Aun así, los sistemas de PVC tienden a ofrecer mejores resultados de fábrica al añadir más juntas y perfiles multicámara. El aluminio bien ensamblado, con juntas coextrusionadas y herrajes perimetrales, asimismo puede dar niveles sobresalientes.

En una residencia junto a una avenida con ruido de setenta dB, he visto reducciones de treinta y cinco a 40 dB usando vidrio laminar acústico asimétrico 4+4/16/6 con butiral acústico, tanto en PVC como en aluminio de gama media-alta. El salto cualitativo lo marca el cierre perimetral y la precisión de montaje: si la hoja apoya sin holguras y el premarco está sellado a conciencia, el ruido baja. Si el instalador deja una ranura mal sellada tras el tapajuntas, cualquier material del marco pierde la batalla.

Condensación y confort interior

La condensación interior suele delatar puentes térmicos o ventilación deficiente. En marcos metálicos sin ruptura, la cara interior se enfría tanto que el agua se posa al primer contraste térmico. Con ruptura de puente térmico, el aluminio se comporta mucho mejor, si bien la superficie interior sigue algo más fría que en PVC. El PVC, por su propia baja conductividad, reduce el riesgo y aporta una sensación más templada al tacto durante el invierno.

En climas húmedos y fríos, una reforma que busque evitar toallas bajo el alféizar agradecerá PVC o aluminio con buena ruptura más tapajuntas herméticos y ventilación controlada por rejillas higroregulables. La ventana no resuelve sola una casa que no respira.

Durabilidad y envejecimiento

El aluminio presume de longevidad. Un lacado de calidad con certificado Qualicoat, bien mantenido, aguanta décadas con color estable y sin desfigurarse. Soporta mejor los cambios bruscos de temperatura, la radiación solar intensa y los golpes secos. En comunidades frente a mar, con aire salino, he visto aluminio anodizado o lacado con tratamientos marinos en perfectas condiciones tras 20 años, mientras los herrajes requerían recambio por desgaste, no por corrosión del perfil.

El PVC moderno ha mejorado mucho en resistencia UV. Los perfiles con coextrusión y estabilizantes convenientes, con garantías del fabricante, resisten el amarilleo en la mayoría de ambientes. Aun así, en climas muy radiantes y testeras oscuras, el PVC puede dilatarse más, y resulta conveniente respetar las dimensiones máximas recomendadas y usar refuerzos de acero. En persianas integradas y hojas de gran formato, esa dilatación exige una instalación exquisita para evitar roces con el tiempo.

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Si charlamos de impactos y seguridad, ambos materiales dependen del vidrio y del herraje. El aluminio suele permitir secciones más delgadas con igual rigidez, lo que ayuda en puertas correderas gigantes o en balconeras expuestas al viento.

Estética y posibilidades de diseño

Aquí manda el ojo y el proyecto. El aluminio ofrece líneas finas, perfiles vistos contenidos y una paleta de acabados enorme: lacados mate o brillo, texturas rugosas, anodizados metálicos, e inclusive bicolores. En obra contemporánea que busca marcos mínimos y mucha luz, el aluminio prosigue siendo el caballo ganador. También facilita soluciones de hoja oculta y sistemas correderos de alto rendimiento con carriles empotrados.

El PVC ha ampliado su abanico, con foliados que imitan madera de forma contundente y colores sólidos estables. Aun así, cuando el proyecto pide marcos muy esbeltos o grandes superficies de vidrio con mínima perfilería, el PVC llega a su límite ya antes. En edificios protegidos, la imitación madera de PVC es un salvavidas presupuestario, toda vez que el municipio deje esa solución.

Seguridad, herrajes y uso diario

Una ventana es tanto sus perfiles como su ferretería. Cierres perimetrales, bulones antipalanca, refuerzos en el marco y el género de vidrio marcan la resistencia real. En practicables, un sistema oscilo-batiente bien regulado ofrece comodidad y ventilación controlada. En correderas, el rendimiento térmico baja, salvo en sistemas de hoja oculta con ruptura bien diseñada y vidrios gruesos.

El aluminio se lleva bien con mecanismos de alta carga en hojas pesadas, ideal en balconeras de 2,5 metros de alto y triple vidrio. El PVC, con refuerzos internos, también lo logra, mas es conveniente vigilar pesos y dimensiones máximas de catálogo a fin de que el uso diario no finalice forzando los carros y los cierres. En viviendas de alquiler, donde el trato es menos cuidadoso, he visto PVC que soporta sin dramas si el instalador respetó pares de apriete y escuadras; si no, aparecen desajustes a los pocos años.

Mantenimiento real, no el de los folletos

Ambos materiales necesitan poco mantenimiento, aunque “poco” no significa “nada”. Limpiar junquillos y juntas evita que se acumulen polvo y pequeños granos que dañan los cierres. Un repaso anual de herrajes con lubrificante ligero prolonga la suavidad del accionamiento.

El aluminio lacado se limpia con agua y jabón neutro. Productos abrasivos opacan el acabado. El PVC se limpia igual, y los disolventes fuertes están prohibidos. Los foliados de imitación madera exigen algo más de mimo: paños suaves y eludir exposición a fuentes de calor directo al limpiar.

Sostenibilidad y fin de vida útil

El aluminio es enormemente reciclable y tiene un mercado de segunda fusión muy desarrollado. La producción primaria consume mucha energía, pero el ciclo de reciclaje compensa si miramos la vida útil de 40 o cincuenta años. El PVC también se recicla, y cada vez existen más perfiles con porcentaje de material reciclado en el alma. La clave, otra vez, es la duración: una ventana que marcha y no se cambia durante décadas reduce su huella por año de uso.

En eficacia, el mejor marco es el que permite instalar el mejor vidrio posible en el presupuesto. No olvides el factor solar del acristalamiento para eludir hornos en verano, un fallo frecuente cuando solo se mira el Uw.

Costes: lo que suele verse en presupuestos reales

En rangos medios, el PVC ofrece mejor relación aislamiento-precio. Para una ventana abatible de tamaño estándar con vidrio bajo emisivo y mosquiteras a medida cámara, la diferencia entre PVC y aluminio con rotura puede moverse en diez a veinticinco por ciento en favor del PVC, conforme marca y serie. Cuando pasamos a grandes correderas, el aluminio recobra terreno por su rigidez, aunque el coste sube en las dos opciones por el vidrio y la ferretería específica.

La instalación, los sellados, los remates y el tapajuntas suman. En la práctica, he visto presupuestos donde un buen equipo de montaje marca más la diferencia de confort que el salto de una serie a otra. Un ahorro de ocho por ciento en mano de obra sale costoso si luego aparecen filtraciones de aire o desalineaciones.

Dos historias que enseñan más que una tabla

Un ático en Valencia, orientación sur, sin toldos. El propietario deseaba luz y vistas, y vacilaba entre correderas de PVC o de aluminio. Con hojas de 2,4 metros por uno con uno, el PVC necesitaba refuerzo pesado y los carros iban al límite de carga. Optamos por aluminio con ruptura y vidrio 6/16/4 con control solar. 3 veranos después, cero pandeos y deslizamiento suave. El coste fue mayor, pero el uso diario lo justificó.

Segundo caso, un piso bajo en una calle estrecha de Bilbao, frío y humedad. El cliente sufría condensación en las mañanas de invierno. Cambiamos viejas ventanas metálicas sin rotura por practicables de PVC con dos juntas, vidrio 4/16/4 bajo emisivo y ventilación higroregulable en caja de persiana. Desaparecieron las toallas matinales. El aluminio con rotura habría funcionado, mas el PVC aportó una superficie interior más cálida y una ligera ventaja de coste.

Errores que conviene evitar

    Elegir solo por el Uw del vidrio. Importa el Uw del conjunto y la clase de permeabilidad al aire. Una ventana clase cuatro en aire cambia el juego. Correderas por costumbre. Si el hueco permite practicable u osciloparalela, el salto térmico y acústico merece la pena. Medidas al límite de catálogo. Si precisas dos con seis metros de hoja, tal vez el material dicte el diseño. Reducir a 2,4 evita cefaleas. Olvidar la caja de persiana. Es la vía de escape más común. Una monobloc bien apartada o una capialzada cuidada valen cada euro. Ignorar el sellado al muro. Un premarco recio y una cinta expansiva adecuada hacen más por la estanquidad que mudar de serie.

¿Cuándo seleccionar PVC?

Si tu prioridad es el aislamiento térmico al mejor costo, si las medidas están en rangos razonables, y si prefieres una superficie interior temperada en invierno, el PVC es un acierto. También en zonas frías y húmedas, o en reformas donde la estructura no acepta demasiados pesos. En estilos clásicos, los foliados madera resuelven estética y presupuesto con gracia.

¿En qué momento seleccionar aluminio?

Si buscas perfiles esbeltos, grandes superficies acristaladas, correderas de alto desempeño o colores metálicos y acabados singulares, el aluminio reluce. También si la construcción padece mucho sol, viento y exposición salina. En comunidades de vecinos con uso intensivo, su estabilidad dimensional en un largo plazo reduce ajustes y garantiza cierres firmes.

La instalación, ese cincuenta por ciento invisible

He visto ventanas de media gama superar a series premium solo por un montaje impecable. Un anclaje al sustrato adecuado, la alineación con láser, el uso de cintas de estanqueidad interiores y exteriores, la espuma de baja expansión y el respeto a las holguras de dilatación cambian el resultado. Pregunta al instalador por las clases de estanquidad que garantiza y por las marcas de herrajes que usa. Y exige mediciones en obra, no en plano.

Preguntas veloces que ayudan a decidir

    ¿Vives en clima frío y húmedo y te preocupa la condensación? El PVC parte con ventaja, o aluminio con ruptura muy cuidada. ¿Deseas perfiles finos y hojas grandes, correderas panorámicas o colores metálicos? Aluminio. ¿Buscas la mejor relación aislamiento-costo en tamaños estándar y practicables? PVC. ¿La residencia está junto al mar o recibe sol duro todo el día? Aluminio con lacado de calidad, herrajes inox y vidrios con control solar. ¿El ruido es el problema número uno? Vidrio laminar acústico, juntas de calidad, cierre perimetral. El material del marco importa menos que la ejecución.

El papel de la carpintería en el conjunto de la envolvente

Una carpintería de aluminio o una carpintería de PVC no trabaja sola. La pared, los puentes térmicos del dintel, la caja de persiana y el propio vidrio suman o restan. Si estás afinando en eficacia, prioriza primero la estanquidad al aire, entonces la selección del vidrio, y para finalizar el salto de serie en el marco. Entre pasar de uno con tres a 1,1 W/m²K en la ventana y solucionar filtraciones en el cajón de persiana, lo segundo acostumbra a ahorrar más energía y molestias.

Mirada final para tomar la resolución con calma

No hay ganador absoluto. Hay una solución más conveniente a tu casa, tu clima y tu forma de vivirla. En rangos medios, las ventanas de PVC te darán un confort térmico genial por menos dinero y una sensación cálida al tacto en invierno. En proyectos que piden estructura y estética afinada, las ventanas de aluminio con ruptura de puente térmico te permitirán líneas finas, hojas grandes y una paleta de acabados prácticamente infinita.

Pide al menos dos presupuestos equiparables con Uw del conjunto, clase de permeabilidad al aire, género de vidrio y detalles de instalación por escrito. Mira alén del número grande y lee las letras pequeñas: herrajes, juntas, sellados y garantías. Esa es la diferencia entre un gasto y una inversión que te acompaña, silenciosa y eficaz, a lo largo de años.



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